No estoy muy segura de lo que estoy haciendo. Llevo 4 años estudiando Periodismo y todavía no me atrevo a hablar de esta profesión sin miedo a equivocarme. Quizá no lo consiga nunca. Una vez, me dijo un periodista al que admiro mucho, que el periodismo era algo así como una carrera de resistencia, en la que no gana el que más victorias consigue, si no el que más resiste. Y que hay que saludar a aquellos a los que te encuentras mientras subes, porque son los que luego te encontrarás al bajar.Y que somos el último trabajo que hemos hecho.
Si esto se lo contamos a Lakoff y Johnson nos dirán que:
«la metáfora, impregna la vida cotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento y la acción. Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica» [Metáforas de la vida cotidiana, Cap. I «Los conceptos mediante los que vivimos», Ed. Cátedra, 2001]
¿Dónde quiero llegar con esto?
Pues como siempre, a ningún lado en concreto y a todos en general, creo que ya somos lo suficientemente adultos para sacar nuestras propias conclusiones.
Sé que la situación es complicada, que estamos en un momento de transición para el Periodismo. Pero aún quedan esperanzas para la dignidad y el buen hacer, más allá de la cirugía o las rodilleras. Claro que suele ser el camino más fácil. Algo así como el truco para ganar dinero en The Sims.
Enrique Meneses (Madrid, 1929), hace poco contestaba varias cosas muy interesantes en una Entrevista Digital de El País. Destaco algunas contestaciones, como ésta sobre la posible desaparición del periodismo escrito en papel:
No, pero sí vamos a salvar muchos árboles si tenéis en cuenta que con 15 árboles se hace una tonelada de papel. Y todos los días son millones de toneladas de papel que se consumen en el mundo. Lo que se va a conservar, según mi manera de ver, son las cabeceras de los grandes medios. En España, por ejemplo, El País, La Vanguardia, el ABC, quizá El Mundo, donde se reducirán las redacciones pero tendrán cabida montones de freelance, es decir, el tener la seguridad del puesto de trabajo, tampoco es el ideal, porque no haces lo que quieres hacer, y para hacer algo bien hay que desear hacerlo. Yo he trabajado con TVE muchos años siempre con contrato de trabajo, lo mismo cuando dirigí el A toda plana, en 1964, que cuando estuve en los Reporteros entre 1973 y 77. Hay que vivir con cierto amor al riesgo, y sobre todo salir de casa de mamá y dejar que descanse ella después de habernos criado. A mí, a los 18 años, entonces en España la mayoría era 21, mi padre me llevó al notario y fui emancipado pudiendo abrir cuenta corriente a los 18 años. Fui propietario de mi piso a los 41, casado y con una hija.
O ésta otra:
Creo que lo más importante para un futuro periodista son los idiomas, la manera de desenvolverse en el mundo con la seguridad de que el mundo es suyo, que no se preocupe de un puesto de trabajo vitalicio y que no cese nunca de irse formando sobre todo en lo relacionado con las áreas geográficas que le gusten. Mi mejor trabajo fueron los cuatro meses en Sierra Maestra, con Fidel Castro y sus 150 hombres, pero mi zona de interés ha sido siempre Oriente Medio, donde llegué con un billete de ida en barco desde Marsella a Alejandría, sin billete de vuelta. Y viví en una barcaza en el Nilo hasta que se hundió. Fotografié el hundimiento y se lo vendí al diario Al Ahram. Me pagaron un mes de estupenda pensión. Hay que convertir las derrotas en victorias.
También destaco el post de Ramón Lobo Periodismo, Internet, Papel y Eskup en su blog :
No creo que otro tiempo fuese mejor aunque éramos más jóvenes y delgados. Lo bueno es siempre lo que nos toca vivir mañana, pero para vivir erguido y digno es necesario pelear. Si no nos movemos del castillo -los del papel, digo-, moriremos de la peor muerte, de corbardía. No se puede entregar la plaza sin lucha, sin salir fuera en busca del enemigo y de nuevos territorios.
No sé vosotros, pero yo sigo con ganas, al menos la mayor parte del tiempo.
Contra todo pronóstico 